sábado, 23 de septiembre de 2017

El misterio de la FEST

Todos los que me conocéis en persona sabéis por qué en los últimos tiempos he escrito tan poco en el blog. Para aquellos que no, tengo una explicación oficial y otra no oficial. La oficial es que hace 4 años me puse a estudiar una carrera, en concreto Relaciones Laborales y Recursos Humanos. Como muchos sabéis yo soy de Málaga y vivo en Málaga, por lo que la carrera la curso en la Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo. Hasta aquí la versión oficial. La extraoficial, que para mí cobra más fuerza cada día, es que en vez de estar estudiando una carrera  he estado en otro lugar, y lo de la carrera es una tapadera de mi familia. Creo que he estado en un psiquiátrico, total yo ya sé que estoy loca, lo único que hago es descubrírselo también a mis compañeros.


Sí, ya sé que los que habéis estado allí sabéis de lo que hablo, pero dejad que se lo explique al resto. El edificio de mi Facultad es un edificio muy nuevo, muy blanco, a veces diría que demasiado, cuenta con numerosas rampas y ascensores. Esto, unido a su arquitectura, lo convierte en un edificio con pasillos infinitos con paredes y puertas blancas sin ninguna otra decoración, y me pregunto yo: ¿no deben ser así los psiquiátricos? Solo se me ocurre una alternativa al psiquiátrico, y  es que haya muerto y haya llegado al cielo, pues es el único sitio que puede ser blanco y tener más luz que mi facultad.  No estoy tan segura de ello, porque yo siempre he pensado que no soy mala persona, pero tampoco pienso que no haya pecado lo suficiente para ir al infierno. Lo cierto es que yo, que no soy muy creyente,  en caso de dudas siempre que me subo en un ascensor de ese edificio rezo para que no me salga nadie con camisa de fuerza ni me reciba San pedro cuando las puertas se abran. Sí, también he pensado en la posibilidad de que el infierno tenga ese aspecto, pero lo he descartado rápidamente, porque dicen que en el infierno siempre hace calor, y en mi facultad hace calor en invierno y frío en verano. Es lo que llaman edificio inteligente, yo prefiero llamarlo edificio con instinto maternal, porque es como las madres, que cuando ella tiene frío te abriga en exceso y cuando tiene calor te desabriga.




Tengo que reconocer que también he pensado que le ponen ese aspecto para que vayas lo menos posible a los despachos de los profesores, pues los departamentos y despachos son los lugares que más miedo dan, así no vas a pedir un aprobado cuando tienes un 4, porque si tienes que echarle valor, piensas «mejor me presento en septiembre».



Es un lugar en el que es muy fácil entrar pero lo realmente difícil es salir. ¿No debe ocurrir lo mismo en los psiquiátricos? Me explico, tú quieres ir al aula 328 y llegas a la facultad, aparcas el coche en el parking y te subes en el ascensor. IIusa de ti crees que bastará con pulsar el botón 3 e ir a la tercera planta, pero cuando lo haces acabas en uno de los pasillos blancos y brillantes, y no hay ningún aula por ninguna parte, y tampoco evidencias de vida humana. Y es que si quieres ir a las aulas de la planta tercera deberías coger el ascensor hasta la primera, luego cambiar de ascensor e ir hasta la tercera, y una vez allí, buscar el aula. Total, que si tienes clase a primera hora en la 4 planta, a la que  no todos los ascensores te llevan, tienes que tener en cuenta que el metro te llevará en pocos minutos, pero si no vas con tiempo vas a llegar tarde, porque cuando llegues allí tendrás que subir al ascensor, sí, ese ascensor, que está más loco que los pacientes o “estudiantes”. Porque no importa en la planta que te encuentres, siempre te llevará al cero, antes de ir a tu destino, y luego parará en todas las plantas como preguntándote si de verdad quieres subir ahí arriba.



Tengo que reconocer que te lo advierten a tu llegada al centro. El día de la bienvenida de los alumnos se organiza una visita guiada por el centro, para que puedas ir sin perderte a hablar con un profesor a su despacho, cosa que no consigues hacer en los 4 años de tu estancia allí. Pero el primer día, a pesar de que te parece una tonteria, llevas poco rato allí, y como aún tienes la ilusión del principiante, aceptas la visita. Te dejas guiar por los alumnos de cuarto curso, y al cabo de un rato y un par de vueltas, todos estamos perdidos, incluidos los guías. Así que te encuentras en un pasillo del que no puedes salir, y lo único que te tranquiliza es que has visto un par de baños con agua corriente que te permitirán sobrevivir por unos días hasta que os encuentren. En ese momento aparece un chico con aspecto parecido a Robin Williams en Jumanji o Tom Hanks en Náufrago, dice ser un alumno que se matriculó en primero hace siete años y después de eso nada se supo de él.


He dejado lo más intrigante para el final. Este blog empezó hace mucho tiempo con la verdad sobre el gaona, deberíais leerla, aunque sé que muchos no lo haréis. En aquella entrada os explicaba que en el instituto Gaona, en el que yo estudié, es muy difícil esquivar la muerte pero…  ¿y si no lo conseguí? Puede ser simple casualidad, pero todos los que estudiaron conmigo y continuaron sus estudios en la universidad han acabado en aquella facultad, y son pocos: Ana, Juan, Sole, Suno y yo, pero ahí no queda todo porque cuando llego allí, me encuentro con Guadalupe, también alumna del centro. Pero... ¿En qué posición deja eso a Juanjo?  Es un compañero del instituto que no estudia en la facultad pero pasa allí más tiempo que yo, porque su novia estudia allí, ¿Tendrá él la habilidad de estar entre el mundo de los vivos y los muertos?


Esta entrada va dedicada a todos aquellos que han estudiado, o eso creo, en aquel edificio y con ello animarles a que me den sus alternativas sobre el lugar en el que he estado estos 4 años.