domingo, 13 de julio de 2014

La tecnología la inventó el diablo.




Al principio creíamos que existía solo para hacérnoslo todo más fácil, pero creo que hoy puedo afirmar que más bien la inventó el diablo y es un castigo. LLevo un tiempo analizando lo que ha hecho la tecnología en nuestras vidas, aunque solo la he podido analizar durante mi corta existencia y ella ya estaba aquí cuando llegué y se quedará eternamente, porque bicho malo nunca muere. Y finalmente he llegado a la conclusión de que la tecnología es una condena.


Fue introducida poco a poco en nuestras vidas para que pensáramos que era inofensiva. Lo primero que yo recuerdo es el spectrum. Me gustaba porque era muy niña pero el ruido que hacía al cargar debería haberme dado la pista de que era cosa del diablo.


Luego llegaron ordenadores más sofisticados, los llamados ordenadores de mesa. Creo que lo llamaban así porque cuando ponías uno te quedabas sin mesa. Creíamos que  la solución estaba en los portátiles, hasta que tuvimos que usar sus ratones. Ahí empecé a darme cuenta de que algo estaba ocurriendo. ¿Quién ha inventado eso? Sin duda quería reírse de nosotros.


Pero aún quedaba la revolución de internet. Primero lo tuvimos a ratitos pero luego nos hicimos dependientes y cuando nos quedamos sin conexión sufrimos. Además, decíamos que lo queríamos para estudiar pero también sabemos que era mucha tentación. Pero cuando creíamos que no podía ser peor llegó el wifi y su respectiva contraseña que es muy larga con letras y números sin sentido que no puedes ver porque lo que aparece en realidad son unos puntitos, supuestamente para que nadie pueda usar tu conexión. Pero vamos a ver, si es capaz de copiarla a la primera sin equivocarse que se conecte no me importa, pero que se pase por casa para echarme una mano que yo no puedo.




¿Por qué quiere el diablo que nos registremos en todo? Para que luego suframos con aquello de usuario y contraseña no coincide después de unos segundos de incertidumbre en los que tú empiezas a intuir que eso no irá bien. Por cierto, para seguir este blog no hay que registrarse solo seguir mi página de face.


Hablando de redes sociales y móviles, ¿por qué hay que contarlo todo? Y te sientes tan indefenso cuando te resistes a pagar en Whatssap con la esperanza de que tus amigos hagan lo mismo... pero se te queda una cara de tonto cuando ellos pagan y tú sigues fuera de los grupos sin enterarte de nada... Aunque una vez pasado el mono inicial sientes alivio, hasta que vuelves a caer en la tentación, claro está.


Y si hablamos de consolas, el diablo quería deteriorar la relación que tenías con tu madre que era quien te prohibía jugar a todas horas. Pero tu madre puede más que el diablo.


Pero cuando usamos el ordenador para trabajar y se queda pillado, la solución es Alt cont sub y finalizar tarea. ¿Finalizar tarea? ¿Eso es coña? Si yo quiero finalizar la tarea, ¡pero tiene pinta de que voy a tener que empezar de nuevo! ¿Por qué el Windows a prueba de fallos es lo menos fiable del mundo? Nos parecía bueno que no tuviéramos que hacer los trabajos a mano y aquello de copiar y pegar, hasta que perdimos la información de algún trabajo. Pensadlo un poco, es como si aquella excusa de mi perro se ha comido el trabajo fuera cierta. ¡Qué horror!


Menos mal que en el mundo hay unos seres divinos, que son aquellos expertos en la materia que siempre te ayudan, los que te copiaban los CD de música antiguamente. Eran los primeros en descargar cosas para todos, te formateaban el ordenador, etc. Todos tenemos uno relativamente cerca. En mi caso bien cerca…. es mi hermano, aunque a veces me cueste creerlo porque sí, lo habéis adivinado, me llevo muy mal con los ordenadores a pesar de tener un blog, pero como sabéis, eso es cosa del diablo.


Espero que en el infierno al menos haya wifi gratis... ¡pero sin contraseña!