sábado, 22 de febrero de 2014

¿Eres andaluz?

Por ser el mes de febrero no se me ocurre mejor manera de celebrar el Día de Andalucía que enseñar algo de nuestra cultura, que también la tenemos, aunque haya mucha gente que confunda nuestra forma de hablar con incultura, cuando lo que de verdad ocurre es que hablamos y somos diferentes.



Pero no me voy a centrar en las personas que creen que no sabemos hablar sino más bien en las personas que no siendo andaluzas aman Andalucía. Con la esperanza de que este blog llegue a ellos quiero decirles que todavía pueden ser andaluces, porque hay dos formas de ser andaluz; una es nacer en Andalucía y la otra vivir en Andalucía, de tal forma que cuando llegues a tu tierra de origen te digan -¿Tú no eres de aquí, verdad? Ese día eres andaluz.

Pero antes me gustaría hacer una aclaración. Sé que a los no andaluces os cuesta entendernos, así que si no nos entiendes pues pedid que os repitan y ya está, que eso no nos importa. Ya nos hemos dado cuenta de que no nos entendéis porque cuando un andaluz habla en la tele aparecen subtítulos, aunque nosotros lo entendemos perfectamente –menos a los chunguitos–. Pero si hay algo que repatea a un andaluz es que tú estés diciendo algo muy serio y la otra persona se ría y diga:
     –¡Qué gracioso!
Y tú te preguntas qué habré dicho que es tan divertido.

Pero esto de los subtítulos tiene lagunas porque qué pasa con las expresiones andaluzas, las puedes transcribir pero siguen sin entenderse fuera de Andalucía. Es más, si me apuras no todas serán entendidas en toda Andalucía. Por eso yo voy a centrarme en expresiones más bien malagueñas que realmente son las que domino.

Pongámonos en situación. Supongamos –lo que en andaluz sería “un poné”– que un joven malagueño, antes de la crisis, llega a casa de la obra y al entrar se dirige a su madre y le dice:
     –Voy a la ducha embalao que vengo “comiomierda” y guarnio de tanto currar.
En realidad este andaluz le está diciendo a su madre que se va a duchar lo más rápido posible porque viene muy sucio y cansado de trabajar.

Y es que la comunicación entre un malagueño o malagueña y su madre es muy rica, pues los andaluces somos niños como cualquiera, y cuando nuestra madre nos dice:

      –Niño, no vuelvas tarde.
El niño malagueño, en un principio no le hace mucho caso a su madre, a no ser que dicha frase continúe diciendo:
    –Que hay gazpachuelo.
Y he dicho gazpachuelo no gazpacho, no se confundan. Ahí sabes que tienes que obedecer y volver temprano pues el gazpachuelo no se puede recalentar. Para todos aquellos que os estáis preguntando qué es un gazpachuelo se trata de una especie de sopa hecha a base de mayonesa y pescado, de ahí que no se pueda recalentar porque se corta. Y como apunte digo que las personas mayores siempre han dicho que este plato era comida de duelo.



Mal que nos pese en mi casa, que siempre repetimos hasta que se acaba el gazpachuelo ya que de todas formas no se puede guardar para mañana. Yo sé que es un plato a extinguirse pues no se puede llevar al trabajo y tampoco es uno de esos platos que serán eternos, (que son aquellos de platito con platito). Sí, sabéis de lo que hablo, cuando llegas a casa tarde y encima de la mesa o de la encimera de la cocina hay un plato con algo dentro, pero tú no puedes verlo porque tiene otro encima bocabajo. Tú no sabes lo que es pero sabes que es una comida que se puede comer en ese mismo instante a temperatura ambiente sin recalentar. De hecho es bastante probable que esté más buena ahora que recién hecha y por eso te la han dejado, porque saben que tu vendrías “esmayao” que en castellano quiere decir muerto de hambre.

Pero si de comer en Málaga se trata, no podemos olvidarnos del pitufo y el sombra, que el desayuno es la comida más importante del día. El sombra es un café y el pitufo es un bocadillo que si lo pedimos en su versión pequeña es un pitufito.

Pero volviendo a la unión entre los malagueños y sus madres, en una casa malagueña es muy frecuente que surja esta conversación. “Un poné”: tú no estás muy bien de ánimo, así que tu madre que siempre está atenta te dice:

   –¿Te pasa algo?
   –No mamá.
   –A mí no me engañas, que tú tienes cara de gazpachuelo cortao.
Mamá en realidad quiere decir que algo te ocurre y que puede notarlo en tu cara.

Pero volvamos de nuevo al momento en que tu madre te dice:

   –Niño, no vuelvas tarde.

Todos los no andaluces os habéis trasladado a vuestra infancia al leer la palabra niño, habéis pensando en una persona de corta edad, pero en Andalucía esto no tiene porque ser así. Puede ser una madre dirigiéndose a su hijo, aunque su hijo tenga edad de ser abuelo. Incluso no tiene porque ser tu madre, puede ser tu pareja o cualquier persona, sin importar el parentesco, siempre y cuando exista la suficiente cercanía o incluso una persona completamente extraña, siempre que exista diferencia de edad.

Pero perdónenme que insista en la unión que existe entre las familias malagueñas, no en vano, Málaga es el único lugar del mundo en el que se comen chochitos en familia y no pasa nada. Es más, cuanto más familia haya, mayor razón para sacar los chochitos y agasajar a tus invitados. Porque nosotros llamamos chochitos a los altramuces.

Y vale sí, los niños malagueños nos hacemos piardas, como todos los niños, aunque el resto de los niños lo llamen hacer pellas. Pero por muy poca formación que tenga, un malagueño sabe elegir el momento en el que hay que usar el castellano y cuándo el andaluz. Porque un malagueño en las redes sociales menciona pero fuera de ellas mienta a las personas y las cosas.

Si quieres ser un buen andaluz y evitar muchas confusiones es muy importante que conozcas la triple negación. Podría explicarlo yo, pero este señor, que es un “máquina”, lo hace mucho mejor.



Por cierto, un máquina es una persona que es muy buena en una materia concreta, un maestro en algo, o simplemente aquella persona que te parece de gran valor.

Y ahora un poco de vocabulario que eso es elemental.
Empecemos por un verbo muy importante, el verbo alargar. Un malagueño no va a los sitios sino que se llega o se alarga. También puede alargar a las personas y las cosas.
Los niños malagueños se tiran por la chorraera y no por el tobogán, los niños gaditanos lo hacen por la resbaleta y los sevillanos por la rebalaera.
Los cuadros en Málaga se cuelgan con la ayuda de un guarrito y no con un taladro.
Ser un agonía es ser un egoísta o tacaño que lo quiere todo para él. También puede ser llamado tacaño.
Estar aliquindoi es estar atento mientras que estar empano es esta poco espabilado o poco atento, también se puede usar alobao.
Ser apañao es ser una persona atenta, agradable, simpática, que cumple bien con sus obligaciones. En este caso se puede usar también que es un tío perita o buena gente.

Y ahora una cosa muy importante, las unidades de medida:
La mijilla, el pelín, la pechá y la hartá.

Pero no os voy a cansar más con el vocabulario que de eso está petao Internet. Petao es muy lleno.
La empatía es muy importante en la vida y por eso os dejo este vídeo para que veáis cómo se siente un andaluz cuando sale de su tierra.


Para que no os penséis que me creo el ombligo del mundo, una malagueña hablando de los andaluces, aquí os dejo este vídeo en el que son los guiris los que hablan de nosotros.


Y para terminar quiero deciros que si esto fuera un curso de andaluz en el diploma que os darían al finalizar no pondría Andalucía acredita que usted es andaluz, sino Andalucía acredita que es usted andaluz por los cuatro costaos.

Que nadie se equivoque que con esto no quiero decir que lo nuestro es lo mejor y lo único que vale, que eso sí que es de catetos.

Feliz Día de Andalucía a los andaluces por los cuatro costaos y a los que son una mijita andaluces.












3 comentarios:

  1. Jajajajjaa....gracias Ceci!!!por hacer saber al mundo lo que somos!!!y "Zi!! Me ziento orgulloza de ce anduza!!!!

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  2. Vaya no lo había leído hasta ahora. Lo comparto con los catalanes y madrileños

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