sábado, 3 de mayo de 2014

Que no te cuenten cuentos

¿Os habéis parado a pensar que pasaría si los cuentos o películas infantiles fueran ciertos? ¿Cómo serían? Yo sí.


Para empezar, a Caperucita Roja la tendrían maltratada en el colegio por llevar siempre la misma ropa y tendría las rodillas llenas de cicatrices de caerse en el bosque, a pesar de que su madre le había dicho que no tirara por el bosque y fuera por otro camino aunque fuera más largo.


Hasta que desapareciese al igual que su abuelita y empapelaran el país con sus caras. Saldrían en todos los telediarios pero donde antes te enterarías de la noticia sería en face, con un mensaje pidiendo que compartas. Pero la verdadera culpa la tendría la abuela que no habría mirado por la mirilla, como mucho habría preguntado ¿quién es?, entre otras cosas porque la mirilla está muy alta para ella.


Peter Pan era hippe y fumaba por eso creía que volaba y veía a Campanilla o quizás era wendy la que estaba fumada, pero lo que está claro es que alguien fumaba ahí.


Si nos hubiera crecido la nariz cada vez que mentíamos porque no queríamos ir a la escuela, como a Pinocho, más de uno tendría unas orejas de burro y una nariz horrible. Podremos saber quién acabó la ESO solo con ver la nariz. Imaginaos los talleres esos de empleo llenos de narigudos...


¿Qué me decís de Toy Story? Si los juguetes podían moverse solos ya podrían recogerse solos, yo creo que eso lo hemos soñado todos los niños alguna vez. ¡Y además nos habría ahorrado algún castigo!
Rapunsel en Enredados se pasa la vida encerrada en una torre y después se va con un ladronzuelo y sus padres lo aceptan. ¡Pero si es una princesa! Espera.... esto sí es creíble...


Si la historia de la Sirenita fuera cierta, Sebastián sería gay y ambos comentarían  lo guapo que era príncipe, a no ser que ella fuera presentadora del telediario, en cuyo caso lo guardaría en secreto.


La Bella y la Bestia, en la vida real ocurre todos los días, pero no exactamente así… Lo explico, Bella se fija en un chico también bello pero malote que no le conviene, y se lo cuenta todo a su amigo no tan malote y que para ella es la Bestia y al que le llora cuando el bello hace el capullo. Con el paso del tiempo Bella deja de ver en el bello tantos encantos y comienza a ver en la bestia nuevos encantos. Y finalmente la bestia, que no lo era tanto, se queda con la bella.


Y qué me decís de Ricitos de Oro. Entra alguien en tu casa, se acuesta en tu cama y se come tu comida y aquí no ha pasado nada. Eso no tiene lógica, que entren en tu casa te sienta mal pero vale, que se acuesten en tu cama, eso ya me molesta más, pero cualquiera que me conozca sabe que mi comida es intocable.


Al igual que Blancanieves, otra que tal baila. Entra en la casa de los 7 enanitos y ¿aquí no pasa nada? ¿Pero qué le pasa a estas princesas? Menos mal que a los miembros de nuestra Casa Real no les da por entrar en nuestras casas, porque yo no me fiaria mucho.

Espero no haber destrozado la infancia de nadie.



Ilustración: Francisco Vega